La
inteligencia emocional nos permite:
Tomar
conciencia de nuestras emociones.
Comprender
los sentimientos de los demás.
Tolerar
las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo.
Acentuar
nuestra capacidad de trabajar en equipo.
Adoptar
una actitud empática y social que nos brindará mayores posibilidades de
desarrollo personal.
Participar,
deliberar y convivir con todos desde un ambiente armónico.
Medición
de la inteligencia emocional y el CI
No
existe un test capaz de determinar el «grado de inteligencia emocional», a
diferencia de lo que ocurre con los test que miden el coeficiente intelectual
(CI). Jack Block, psicólogo de la universidad de Berkeley, ha utilizado una
medida similar a la inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa
del ego», estableciendo dos o más tipos teóricamente puros, aunque los rasgos
más sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres:
«Los
hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmente
equilibrados, extrovertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a
rumiar sus preocupaciones. Demuestran estar dotados de una notable capacidad
para comprometerse con las causas y las personas, suelen adoptar
responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y
cariñosos en sus relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten,
en suma, a gusto consigo mismos, con sus semejantes y con el universo social en
el que viven».
«Las
mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sus
sentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas
la vida siempre tiene un sentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen
ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientos adecuadamente (en lugar de
entregarse a arranques emocionales de los que posteriormente tengan que
lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacer
rápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas
como para mostrarse alegres, espontáneas y abiertas a las experiencias
sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipo puro de mujer con un
elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en sus
preocupaciones».
«Los
hombres con un elevado CI se caracterizan por una amplia gama de intereses y
habilidades intelectuales y suelen ser ambiciosos, productivos, predecibles,
tenaces y poco dados a reparar en sus propias necesidades. Tienden a ser
críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirse incómodos con la
sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos,
distantes y emocionalmente fríos y tranquilos».
«La
mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual, es
capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y
presenta un amplio abanico de intereses estéticos e intelectuales. También
tiende a ser introspectiva, predispuesta a la ansiedad, a la preocupación y la
culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente su enfado
(aunque pueda expresarlo de un modo indirecto)».
Tomado de Wikipedia, donde obtendrás más información sobre este apasionante tema: http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_emocional
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