La importancia de la música en nuestras vidas
En una reciente entrevista
televisiva, el ingeniero y músico Jordi Jauset, hablaba de la relación entre la
música, el cerebro y las emociones. Entre otras afirmaciones interesantes,
Jauset comentaba que los niños que entre los 3-5 años, la etapa de más
plasticidad cerebral, escuchan música, están realizando “una gimnasia neuronal, que interconecta
redes y facilita que toda la información que se transmite por el cerebro sea
mucho más fluida”. Enseñar a un niño a tocar un instrumento es,
según Jauset, una excelente forma de darle a un niño “una potencialidad superior, además de
aportar otras habilidades, como por ejemplo, fluidez verbal”.
De todos es sabido que la escucha
humana empieza en el vientre de la madre y que la música que ésta escuche
durante el embarazo influye en mayor o menor medida en el futuro bebé. Según
Jauset, que la madre escuche música durante el embarazo puede “proporcionar más habilidades al niño”.
Numerosas investigaciones
científicas determinan que la música tiene efectos beneficiosos no sólo en los
niños, sino también en los adultos o, por ejemplo, en personas que han sufrido
determinadas patologías como un ictus. Jauset cita concretamente un estudio de
investigación realizado en Finlandia con un grupo de personas que habían
padecido un ictus, que escucharon música una hora al día durante tres meses. El
estudio concluyó que este grupo tuvo una mejora cognitiva bastante superior al
resto de pacientes. ¿Por qué? Porqué “la
música actúa como una enzima que potencia la plasticidad o la curación
espontánea que tiene el propio organismo”.
En la entrevista, Jordi Jauset cita
también el Método Tomatis como un método “efectivo,
no sólo a nivel de expresión, sino también otros problemas, tomando como base
el sonido”.
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