jueves, 23 de mayo de 2013

LA MÚSICA, EL CEREBRO Y LAS EMOCIONES





La importancia de la música en nuestras vidas

En una reciente entrevista televisiva, el ingeniero y músico Jordi Jauset, hablaba de la relación entre la música, el cerebro y las emociones. Entre otras afirmaciones interesantes, Jauset comentaba que los niños que entre los 3-5 años, la etapa de más plasticidad cerebral, escuchan música, están realizando “una gimnasia neuronal, que interconecta redes y facilita que toda la información que se transmite por el cerebro sea mucho más fluida”. Enseñar a un niño a tocar un instrumento es, según Jauset, una excelente forma de darle a un niño “una potencialidad superior, además de aportar otras habilidades, como por ejemplo, fluidez verbal”.
De todos es sabido que la escucha humana empieza en el vientre de la madre y que la música que ésta escuche durante el embarazo influye en mayor o menor medida en el futuro bebé. Según Jauset, que la madre escuche música durante el embarazo puede “proporcionar más habilidades al niño”.
Numerosas investigaciones científicas determinan que la música tiene efectos beneficiosos no sólo en los niños, sino también en los adultos o, por ejemplo, en personas que han sufrido determinadas patologías como un ictus. Jauset cita concretamente un estudio de investigación realizado en Finlandia con un grupo de personas que habían padecido un ictus, que escucharon música una hora al día durante tres meses. El estudio concluyó que este grupo tuvo una mejora cognitiva bastante superior al resto de pacientes. ¿Por qué? Porqué “la música actúa como una enzima que potencia la plasticidad o la curación espontánea que tiene el propio organismo”.
En la entrevista, Jordi Jauset cita también el Método Tomatis como un método “efectivo, no sólo a nivel de expresión, sino también otros problemas, tomando como base el sonido”.



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