Para que el cerebro cambie su modo de percepción, hay que
darle una información que se repita a menudo, y ello durante cierto tiempo y
manteniendo un ritmo. Este ejercicio, como cualquier otro, ya tenga un carácter
intelectual o en relación con el deporte, provoca un verdadero
descondicionamiento, ya que el cuerpo descubre que puede funcionar de otro modo
y, por lo tanto, que tiene la posibilidad de elegir.
Esta regla de las sesiones intensivas es válida para todo el
mundo, pero los efectos pueden ser sensiblemente diferentes según la naturaleza
del problema que haya que tratar, la edad del individuo, su motivación, su
disponibilidad, etc.
La regla más difundida es hacer un primer grupo de sesiones
de 15 días, con 2 horas de sesiones cotidianas; a continuación, los grupos de
sesiones, que de todos modos están limitados ya que el Método Tomatis nunca ha
tenido como objetivo crear dependencia en los individuos, superan pocas veces
los 8 días y entre uno grupo y otro transcurren siempre varias semanas.
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